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MI TRABAJO CON NIÑOS, HOY

Emma, relajándose en shavasana luego de su clase de yoga


Cuando era una niña, muchas veces me sentí incomprendida
y, si bien tuve papás muy presentes,
sentí que algo importante me faltaba.

Hoy mi alma susurra: “Lo que necesitaste del mundo, es lo que viniste a dar”.
Sonrío y confío en su plan.
Ahora entiendo que todo aquello
era necesario para unirme a los niños desde el corazón.

Hoy, al conectarme con sus miradas
en sus ojos, veo los míos
los de hoy, y los de ayer.


Cuando meditamos juntos
guío su respiración y fluyo,
en el aire que entra, y sale
siento la danza de mi destino.

Quisiera abrazarlos y decirles
que su dolor también es sagrado
porque nos enseña quiénes somos
y nos conecta con otros.


~ Jesica Fussoni


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